¡Hola, clase! Dejo por aquí los avances de la Cuarta Semana; espero subir el dossier en unas horas (ya solo le quedan unos arreglillos).
Como ya he señalado anteriormente, el hecho de haberme parado a pensar, meditar y organizar todo lo que iba a exponer detalladamente en mi cabeza me ha parecido un acierto porque considero que, llegados este punto agilizó mucho el trabajo. Ha habido algunos cambios, inclusiones de última hora, sobre todo, pero a grandes rasgos, todo estaba quedando como imaginaba.
Lo primero que instalé fue la mesa ya que me pareció más práctico para usarla como punto de apoyo para otros montajes como el de las cajas o bastidores. Del mismo modo, también sirvió para añadir celo a las láminas; decidí usar este método porque no quiero que se estropeen, me pareció el más “limpio” para quitar y poner los trabajos.
Cuando ya no era necesario usar la mesa para esos fines, coloqué los materiales que previamente había seleccionado. De manera paralela, coloqué los libros aprovechando las baldas que estaban en el lugar.
Como ya expliqué, estos materiales tienen un valor simbólico para mí. Cuando lo estaba colocando, decidí poner los que más tiempo llevan conmigo por delante del resto. Me tomé total libertad de añadir los elementos que he usado; en este sentido, incluyo pajitas y tenedores de plástico ya que, cuando he trabajado con la acuarela, siempre me ha gustado extender la mancha de agua con esos materiales poco convencionales.
Como la primera esquina es muy autobiográfica, representando los estudios con los archivadores y esos primero libros sobre arte que tuve, me pareció conveniente cerrar el mensaje con un autorretrato, así como un mapa conceptual para un trabajo anterior que incluye referentes artísticos y temas que han llamado especialmente mi atención.
Esta segunda esquina, decidí estructurarla siguiendo la lectura de la sala completa: de derecha a izquierda y de arriba abajo. Por ello, las primeras obras son más convencionales, retratos de grafito y/o carboncillo sobre lámina. De ahí pasamos a la experimentación con el color, continuando con los retratos o empezando con el paisajismo. En ese punto, empiezo a experimentar con otros estilos, como son el cómic o la ilustración, al mismo tiempo que me atrevo con otros soportes, como el lienzo, para recrear obras de otros maestros (en este caso Bailarinas Basculantes, de Edgar Degas) o el bodegón, género también muy tradicional. Sin embargo, también añado dos dibujos más abstractos de ese bodegón, simbolizando esa atracción inicial por una experimentación y contacto con otro tipo de arte más actual.
Este tercer rincón fue bastante sencillo de montar una vez ensamblados los bastidores. Al principio pensé en abrir todos los lienzos, pero probé a colocar uno sin abrir y me gustó bastante la impresión. Me hubiera gustado más tener más lienzos y bastidores, pero ya no podía comprar más; igualmente, lo señalo como un aspecto a mejorar en el apartado de “Descripción del Resultado”.
Para colgarlos, en algunos casos aproveché alcayatas que ya estaban en la habitación, como en el caso del bastidor ladeado. Para dos de los lienzos usé una cinta adhesiva de doble cara muy resistente.
Finalmente, coloqué el soporte en esa esquina, algo separado pero que se pueda entender fácilmente que guarda una correlación con esos elementos.
En la cuarta esquina, lo primero que hice fue colgar esas ilustraciones. También están incluidas como aspecto a mejorar porque realmente no sé si se entiende la diferencia entre los trabajos por terminar (más abandonados) que estaban entre la segunda y tercera esquina y estos proyectos que, aunque aún están a medias siguen en proceso, en búsqueda de una posible salida laboral dentro del mundo del arte a medio plazo.
Por otro lado, también incluyo materiales que actualmente me acompañan más asiduamente, como es el caso del óleo; pero que no podía ponerlos en la mesa porque la experimentación con ellos ha sido mas reciente.
Del mismo modo incluí un caballete, otro más pequeño (el que uso más fuera porque es más cómodo) y una carpeta que suelo usar para llevar y presentar mis trabajos.
A última hora, decidí añadir el portátil y la cámara fotográfica como guiño a mi reciente inclusión en el arte digital.
Por último, instalé la malla metálica. Compré un rollo bastante grande; por lo que, lo primero, fue cortarla y abrirle el agujero. Realmente, ese agujero esta hecho “a mi medida”, para evocar, de nuevo, que se trata de una vivencia o sentimiento intimista y personal.
El proceso de abrir el agujero si que me costó algo más y tuve que terminar pidiendo ayuda, a pesar de que había comprado unas cizallas que me facilitasen el trabajo.
Una vez hecho todo este proceso, sólo quedaba unirlo a la pared, algo que fue bastante sencillo al utilizar alambre y las propias bisagras de la puerta, así como el marco. De todas formas, agregué un poco de la cinta adhesiva de doble cara para asegurar aún más su fijación.
Debatecontribution 0en La Específica / Dossier final.
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